domingo, 21 de julio de 2013

A Pedrito, con cariño.

Me declaro una admiradora de Pedro Suárez Vertiz, lo sigo desde que tengo 14 años cuando escuché por primera vez "no pensé que era amor", bueno, a decir verdad, ya había escuchado esa canción aproximadamente 230 veces durante mis años previos, pero cuando cumplí 14, fue la primera vez que la pude sentirla de verdad y entonces, lo amé.

Desde aquel momento no pude parar, me empapé de su música, decidí comprar con mis escasos ahorros todos sus discos y cuando no pude, opté por quemarlos (lo siento Pedro). Todo era más fácil para esa época, ya estaban despareciendo los alguna vez demandados casettes, así que resultaba muy sencillo escuchar una canción hasta que se rayara el disco sin necesidad de tomarnos el fastidioso trabajo de apretar review y calcular que no se pasara de la canción que queríamos oír nuevamente. Además, ya contábamos con el poderoso internet, por lo que podía pasarme horas investigando acerca de su vida y su música, pagando 5 soles la hora en una cabina. No importaban las deudas, para mí, Pedro lo valía.

Para mi suerte y la de muchos amigos que también lo seguían, ese verano inolvidable del 2001, en el que por primera vez una canción pudo tocarme el alma, todas las emisoras de radio transmitían las canciones de sus recordados discos "de generación actual", "póntelo en la lengua" (sin duda mi favorito) y "técnicas para olvidar". También podíamos oír casi todo el día las recordadas canciones de Arena Hash, que aunque cuando éstas se produjeron yo era una recién nacida, ahora las escuchaba y cantaba como si fuera un grupo que acaba de lanzarse, era toda una novedad para mí.

Cómo olvidar los conciertos en la Feria del Hogar, que fue mi segunda casa durante mis vacaciones escolares de aquellos años. Pedro siempre tocaba, todos los años y mis amigas y yo, no podíamos perdernos un solo concierto. Nos levantábamos temprano para coordinar nuestra aventura del día en aquella ciudad sin control paternal, que para nosotros era la Feria, donde durante 10 horas del día podíamos jugar a ser independientes y chicas adultas.

Recuerdo que en el año 2002, Pedrito iba a presentarse en el Gran estelar, me desperté muy temprano y como mis amigas no llegaron a mi casa a la hora pactada, decidí irme sola y esperarlas ahí. Llegue a la feria a las 10:30 am, aún no abrían las puertas y a lo mucho habían 5 gatos, que al igual que yo, esperaban el primer turno para entrar. En cuanto los detecté los califiqué como mis enemigos. Ese día Pedro tocaría en el estelar y yo tenía que estar en primera fila, nadie me quitaría mi cupo, así que si tenía que correr, empujar y pisar, lo haría, pero debía ser la primera de la cola.

Cuando por fin a las 11 de la mañana permitieron el ingreso, tuve que correr desde la puerta principal, que era en la Av. La Marina, hasta la puerta del Gran estelar, que era una distancia de aproximadamente 10 o 15 cuadras, no soy buena en cálculos, pero quien conoció la feria sabe que era realmente lejos. Sin querer y sin proponérmelo me mandé con la primera marathon de mi vida y como en las actuales, no llegué primera (nunca fui la más rápida corriendo). Así que me tuve que conformar con ser la sexta en la cola, en fin, me repuse de ese fracaso con la idea de que el estelar era muy grande así que como fuera, estaría en la reja y había espacio para muchos más.

Pero como en la vida todo es una divertida casualidad, cuando me encontraba sentada en la cola, guardándole el sitio a los 5 que me antecedían quienes habían decidido irse a almorzar, de pronto apareció, caminando con su pantalón negro y casaca de cuero del mismo color. Sí, era Pedrito Suárez Vertiz que salía caminando desde el estelar hasta algún lugar de la feria, imagino que a alimentarse como el resto de la gente. Fue como una visión extrasensorial, fue increíble, quedé sin habla, me puse nerviosa, como si estuviera viendo aproximarse a un Dios del Olimpo y solo atiné a decirle justo en el momento en que pasó por mi lado: "Hey, Pedrito" y darle la mano, la que me estrecho muy amigablemente. Sé que existen más probabilidades de que Perú llegue al mundial de que Pedro pueda recordar esto, pero para mí, fue una de las cosas más alucinantes que me pasaron, no había nadie más en la fila, solo yo, y por unos cuantos segundos nos vimos y nos estrechamos la mano. Momento que recordaré por siempre.

Así siguieron todos los demás conciertos a los que fui con una amiga de la infancia quien como yo, se enamoraba y desenamoraba con sus canciones, los desenchufados organizados por studio 92, a los que siempre asistía desde muy temprano para estar adelante, se me hizo una costumbre por aquellas épocas y me sobraba el tiempo como para plantarme en distintos lugares desde la mañana, todo era más fácil.

Y así fue como Pedrito llegó a mi vida y se quedó en ella, y digo ésto por que a partir de ese entonces, no hay una sola parte de mi vida en que no haya estado presente con cada una de sus canciones, ya sea para ahogarme en un charco de lágrimas cada vez que salí de una relación o para reconfortarme con un nuevo inicio, así también, para darme lecciones de vida que en cada oportunidad que tengo para aconsejar cito alguna parte de sus letras.

Nunca olvidaré esos veranos en que me la pasé cantando a toda voz "pasear en bicicleta", cuando lloraba en el salón de clases cada vez que sonaba en mi walkman "no pensé que era amor", "te siento de solo pensar", "la vida me sabe a nada", "sentimiento increíble". Cuando me volví a enamorar con "alguien que bese como tú"  y cuando volví a llorar con "sé que todo ha acabado ya", canción con la que por cierto he botado mi lagrimita hasta hace no mucho tiempo.

Es que es imposible que cada parte de mi vida no este representada con alguna canción de Pedro y que cada melodía de aquellos discos, no me evoque épocas inolvidables y a personas que de algún modo dejaron huella, como viejos amigos que ya no veo, viejos amores y divertidos momentos con la manchita del barrio aquel verano del 2001.

Fue una pena que Pedro se tenga que retirar de los escenarios por su enfermedad, lo sentí mucho, como si le estuviera pasando a un gran amigo, pero me siento contenta de que pese a la adversidad, haya encontrado la forma de no desconectarse con el público que lo sigue, con ese público que como yo, suspira cuando escucha el intro de piano de talk show y que disfruta de las sensaciones de un nuevo amor al ritmo de me siento mejor.

Compro el comercio todos los sábados para leerlo en somos y no pude esperar a que publicaran su libro para adquirirlo también, es fabuloso ver sus reflexiones a través de su página de facebook y cómo va compartiendo pedacitos de su vida con nosotros a través de las redes sociales.

Ayer fui a la presentación de su libro, lamentablemente llegué cuando se estaba yendo; apenas pude verlo un ratito y me quede sin mi firma. Igual, fue maravilloso verlo otra vez y anhelo que como en el año 2002, me lo cruce y espero tener mi libro a la mano.

Hoy, mientras leía sus historias, anécdotas y reflexiones en aquel fabuloso regalo que nos ha dado a sus seguidores titulado "Yo, Pedro", decidí que si debía escribir algo hoy en éste blog, debía ser en su homenaje, por todos esos años de música que sin querer me obsequió, por haber formado parte de mi vida tanto tiempo sin siquiera saberlo y por haberme permitido levantarme con sus letras y darme lecciones; y, por haberme ayudado en más de una oportunidad a encontrarle cierto sentido al día a día.


Atte:


Lunática a mil








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