domingo, 29 de diciembre de 2013

CARTAS SIN ENVIAR #2 - Volverte a ver


Volverte a ver no fue fácil. Tal vez lo más difícil fue tratar de no sentir nada por ti. Aunque puse todo de mi parte, no lo logré. Supongo que tiene que ver con la intensidad con la que sentí y con los escasos meses que apenas han pasado.


No se si fue buena idea después de todo. Decidí volver a verte porque pensé que eras un asunto casi casi superado y sentí, que para ser "del todo superado", tenía que decirte unas cuantas cosas que ahora, ya no tenía miedo de decir. Y así fue, las dije al fin y aunque de algún modo me liberaron, de otro siento que me volvieron a acercar a ti...

Debo confesar que no entendí bien tu mensaje ni mucho menos tu desesperación por que entienda que me querías. Solo puedo pensar que tu egoísmo sigue a flor de piel y que eso de que te hago falta no es más que una necesidad de compañía.

Sin embargo,  me quedé tranquila sabiendo que mi ausencia te dolió, un poco al menos; y eso que dijiste referente a que "cuando las personas ya no están, los sentimientos se vuelven más claros", aunque no me dio esperanza alguna porque cualquier vestigio de ella la perdí cuando me di cuenta que no me ibas a amar, debo reconocer que alivió mi ego, pues al menos no fui la única que la pasó mal durante éstos meses. 

Volverte a ver en definitiva no fue nada fácil, pero lo más difícil fue tratar de escucharte sin que cada palabra pegue como un golpe en el corazón, sin que cada frase  se quede impregnada en mi y tratar de oír sin oírte, fue el reto más grande, porque por ratos, parecía imposible no embriagarme de cada palabra, de cada silencio y de cada mirada que me dabas mientras esperabas una respuesta que nunca llegaba, debido al nudo en la garganta que tenía atravesado intentando decir algo que no podía decir sin una lágrima que se anteponga.

Volverte a ver, sí, fue difícil. Pero lo más complicado surgió cuando el humor tomó protagonismo y con mucho esfuerzo tuve que contenerme algunas sonrisas que querían asomarse. Siempre supiste como hacerme reír, incluso a costa mía y supiste utilizar aquella arma muy bien a tu favor esa noche, en la que finalmente me rendí ante tus bromas y tonterías; y a pedido tuyo, y para no perder la costumbre, te complací dejando los rencores de lado y accedí a mantener esa conversación fresca, sin sentido, que tal vez sea la última que tengamos.

Volverte a ver fue bueno, aunque en éste preciso momento las personas que lean éstas líneas estén pensando que me volví loca y que me volvieron a perder, porque liberé mi alma y desnudé mi corazón por primera vez ante ti y ahora sé que al fin comprendiste todo lo que sentí, pero sobretodo, que al fin entendiste cuánto dolió. Y eso, me da la paz y tranquilidad que he venido buscando desde que me alejé de ti, aunque una parte de mi, se haya quedado contigo esa noche.

Atte.

Lunática a mil

No hay comentarios.:

Publicar un comentario