Las personas estamos en constante aprendizaje desde que nacemos. Cuando somos bebés, tenemos que aprender a sentarnos, a gatear, a caminar, el significado de las cosas, a hablar, es decir, nos atosigan de cosas que tenemos que aprender y que no debemos olvidar si queremos ser personas de bien, ahí entran a tallar los valores, el respeto, los buenos modales y mil cosas más, que una vez aprendidas, deben de quedarse en nosotros y no salir de ahí.
Entonces, nos enseñan -aunque es un sentimiento que se supone debería surgir de modo espontáneo por el solo vínculo - que debemos de amar a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros amigos y a nuestro prójimo, se trate de la rata que se trate, así nos enseñaron en el curso de religión de quienes estudiamos en colegio de monjas: ama a tu prójimo como a ti mismo. Por lo cual, nuestro padres, el colegio y el mundo que nos rodea, NO NOS HAN PREPARADO PARA OLVIDAR, porque la sola palabra ya representa todo un desafío y además, una acción antinatural a la del aprendizaje.
Y es ahí cuando de pronto crecemos, nos enamoramos con locura, aprendemos a estar con una persona, a amar sus defectos y tolerar sus manías, a soñar y a crear mil fantasías con ese prójimo de facto y almacenamos todos y cada uno de los momentos vividos y aprendemos a pensar que todo eso ya es parte de nuestras vidas y que permanecerá intacto para siempre... pero oh!, de los creadores de "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", nos topamos con la dura, triste, penosa, frustrante y desesperada realidad: tu relación terminó, tu novio te dejó de amar, o simplemente el amor no fue suficiente y entonces llega aquella terrible y negada decisión, TENEMOS QUE OLVIDARNOS, pero... CÓMO SE HACE ESO? HAY ALGUNA FÓRMULA SECRETA? ACASO UNA RECETA? EXISTE ALGÚN BOTÓN EN NUESTRO CEREBRO QUE DIGA FORMATEAR??? ALGÚN HECHIZO DE UN BRUJO INFALIBLE???

¿Cómo deja de doler entonces? No es fácil, y como todo en la vida, es un proceso, que para iniciarlo, solo se necesita de decisión y fuerza de voluntad. Nadie te dijo que despertarás un día y dejarás de amar a esa persona, pero con el tiempo, sobretodo eso, tiempo, las recuerdos te atacarán con menos frecuencia, te harán llorar con menos intensidad, con más tiempo, ya ni siquiera llorarás, pero lo más importante es que te mires al espejo, veas lo linda que eres y te animes a coger tu cartera, ponerte tus mejores tacones y salir a bailar y disfrutar hasta el final.
Sí, es un hecho que luego de tres vasos de whisky te echarás a llorar en el hombro de tu amiga en plena discoteca y le empezarás a relatar la historia de cuando se conocieron y cuando te cayó, pero qué más da, para eso precisamente se hicieron las amigas, ya algún día estaremos del otro lado y haremos lo mismo por ellas, sin duda, mientras tanto, cuéntale tu historia las veces que se te antoje y llora todo lo que quieras y todo lo que puedas; claro, en tu casa... no dejes de salir ni conocer gente nueva, verás que poco a poco encontrarás otras cosas que te despertarán interés, por nada del mundo te castigues a ti misma y dejes de hacer las cosas que te gustan, porque el encierro absoluto, esta bien por dos días o tres, pero no más, busca a tus amigas, conviértelas en una especie de siameses y trata de no estar sola, porque sé que a algunas, como a mí, nos da por desaparecer y deprimirnos como María la del barrio -como alguna vez alguien me dijo-, pero eso no está bien, duele, claro que duele, pero primero que cualquier persona, estas tú, y no hagas del dolor un modo de vida, solo un estadío y siempre trata de sonreír.
Recuerda que los amores van y vienen, los amigos son lo que se quedan ahí, así que si tienes que aferrarte a alguien, aférrate a ellos, que nadie más te verá llorar 54 veces por cada una de las decepciones que tengas y recuerda siempre, que la juventud se hizo para vivir, disfrutar y parte de ese disfrute esta en caer y volver a levantarse, nunca pienses que no valió la pena, porque hasta lo que te dolió te enseñó algo.
Atte,
Lunática a mil
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