martes, 14 de abril de 2015

El miedo a decir Adios

A veces las historias se repiten. Es como si todas las lecciones que a punta de golpes nos dio la vida, no hubieran significado nada, no hubieran dolido como dolieron y no hubieran marcado como lo hicieron. 

Nos enfrentamos a una nueva historia, una nueva ilusión, un nuevo amor y por tanto, una nueva experiencia, pero de pronto, todo se repite una vez más. Es entonces cuando levantamos la cabeza, miramos al cielo y preguntamos ¿cuál es el problema conmigo?

Hay personas que sentimos que de un tiempo para aquí, la vida se esta poniendo un poco en nuestra contra, que nos pinta pajaritos y a la hora de la hora, solo se trataba de la misma chola con diferente pollera. Pero lo realmente malo de eso, es que ahora, más conscientes de la situación y con más respuestas que las veces anteriores, seguimos igual de necias, igual de porfiadas, tratando de encontrar una justificación que amerite que nos quedemos en el mismo lugar, esperando, una vez más, que la situación cambie.

Qué pasa cuando pasas mucho tiempo con una persona, tiempo tranquilo, tiempo feliz, pero que deja de ser todo eso de la noche a la mañana, o que apenas surge algún pequeño conflicto o desacuerdo entre ambos, todo se torna insostenible. Es normal tener peleas o discusiones, pero cuando las personas se quieren en la misma proporción, ceden, buscan solucionar, buscan un punto medio que satisfaga a ambos.

Pero, cuando en todas las discusiones solo es una la que pide perdón, solo es una la quiere solucionar, solo es una la desesperada por esa charla reconciliadora, y ves como en esos momentos de crisis la otra persona huye y salta del barco dejándote absolutamente sola, triste y confundida?. Tal vez la respuesta es obvia, pero por algún retorcido motivo, tratamos de justificar esa actitud esperando que al fin esté de humor, para que acceda (casi como sacar una cita médica) a hablar; o lo que es más grave, nos sentimos culpables de la discusión y dejamos de ver que el tipo que tenemos al frente es un tremendo pelotudo y olvidamos nuestro dolor para dedicarnos a hacerlo feliz y que "nos perdone".

Hace un tiempo vi un video que circuló por facebook, cuyo mensaje era el siguiente: si una persona tiene en sus manos la capacidad de evitarte un solo día de sufrimiento y aún así no lo hace, entonces esa persona no merece nuestro amor. Ese mensaje da vueltas por mi cabeza todos los días y pienso que si todos lo tuviéramos claro dejaríamos de sufrir tanto en nuestras relaciones; pero inmediatamente surge en mi cabeza la razón por la que todos alguna vez nos hemos quedado ahí, "el miedo a renunciar" por no querer enfrentar el dolor que eso podría traer consigo.

No rompemos, no dejamos, por que la carga emocional que viene junto con ello es muy pesada para soportarla y por ello, muchas veces escogemos quedarnos en relaciones o situaciones realmente disfuncionales, que no van a ningún lado, que es un pesar más que una alegría, solo por no enfrentarnos al rompimiento y en la mayoría de ocasiones, terminamos sufriendo mucho más de lo que hubiéramos sufrido de haber tenido el valor de decir adiós.

Y es que decir adiós es uno de los máximos miedos de la mayoría de seres humanos, porque tememos a la incertidumbre del mañana y a la incertidumbre de si tendremos el valor y la fuerza de soportar el periodo de " duelo". Muchas de nosotras nos damos por vencidas incluso antes de intentarlo y asumimos que seremos débiles y que finalmente volveremos a esa relación que no funciona, que no nos hace felices pero que nos evita la desesperación del "estar solas".

Ya basta de relacionar soledad con la falta de una relación sentimental; muchas tenemos o hemos tenido relaciones larguísimas en las que nos hemos sentido realmente solas. Así que soledad, no implica la compañía de un tipo que de te diga "amor" y al segundo siguiente te demuestre que no está contigo como tú estás con él,  que te diga que te "ama" y luego que necesita "tiempo", que te diga que eres "la chica que el quiere" pero ojo, solo mientras no jodas mucho porque si te pones molestosa, entonces es mejor dejarlo ahí. (Y ojo que ni siquiera estoy hablando de las relaciones reincidentes en la infidelidad)

Soledad, es la que llevamos en el alma, aún rodeados de mucha gente. Soledad es la que sientes cuando el corazón de tu chico, no late al mismo ritmo que el tuyo, cuando tu chico no quiere las cosas que tú, pero sabes que es eso también? Es dependencia pura y el depender de alguien para ser felices, solo es una muestra de que no hemos aprendido bien y que hemos distorsionado todo el concepto del amor.

Amar, no es dar cosas para luego presionar te las devuelvan. Amar es querer y aceptar a ese otro ser con todos sus defectos y amar también es comprender que si esos defectos no te hacen feliz, entonces es mejor darse la mano y decir adiós, porque nos amamos más a nosotras mismas. Nunca comprenderemos el concepto del amor, si antes no aprendemos a querernos más. Ya es hora de dejar de depender de una relación para sentirnos felices. Ya eso hora de comprender que vale más nuestra tranquilidad, que una pareja que constantemente te haga sentir decepcionada, y que es mucho más valiosa nuestra vida a solas pero en paz, que vivir torturadamente enamorada. 

Amor no es dolor, amor no es decepción, amor no es sufrimiento.Y eso que llamamos soledad, puede ser realmente fascinante una vez que nos damos cuenta que nos tenemos a nosotras mismas y que eso es más que suficiente.

Tal vez cuando alcancemos eso, podremos decir adiós sin miedo al mañana y solo así abriremos las puertas para la verdadera historia romántica que nos espera, la que no podemos dejar que llegue por nuestro miedo de "estar solas".


Ate,

Lunática a mil

CARTAS SIN ENVIAR #3 (Sentada esperando olvidar)

A ti que no sabes lo que quieres,

Escribo esto, porque aunque ha pasado un mes de todo, hay sentimientos que no puedo sacar de mí todavía y que no sé como manejarlos para que no perturben mi día a día.

Siento bronca, estoy molesta contigo, porque cuando recuerdo todo lo que pasó, solo puedo tener una idea: ¿que te hice yo para que me pagaras así? Lo pienso una y mil veces y no puedo encontrar la respuesta.

Soy consciente de que cometí errores, pero al igual que tú, nada que haya ameritado ocasionar un daño semejante como el que ocasionaste. Todo lo malo que hice, fueron cosas de impulso, de colérica, rabietas... nada mal intencionado y nada capaz de hacerse acreedor a tremendo golpe que diste final. Creo y siento que durante el tiempo que compartimos, me dediqué a ti, te quise, te di la oportunidad cuando tal vez no la merecías, cuando tenías mil y un cosas por las cuales yo podía decir esto no va más; pero sin embargo, te la di a ti, porque creí en tu nobleza, en tu bondad, en tus gestos y actos de cariño, en tus palabras. Yo no quería creer en ti, me rehusé al principio, tenía miedo, mucho miedo, pero tú me hiciste creer que tenías sentimientos sinceros por mi, me hiciste creer que contigo las cosas serían distintas a ese pasado no tan lejano y doloroso, que tu no jugabas conmigo, que tu corazón estaba conmigo y por mi, que sentías cosas lindas, fuertes, verdaderas. Ello, hizo que finalmente baje la guardia y te deje entrar a mi vida y lo que es peor, a mi alma.

Es claro que al principio no me sentía enamorada de ti, que te vi como aquella oportunidad de intentar curar las heridas del pasado, pero también fue evidente cuando comencé a sentirte dentro de mi y creo que ese fue el justo momento en que las cosas cambiaron. 

Sabes algo? Siempre tuve un presentimiento raro que no me dejaba estar tranquila ni sentirme segura de ti y de esa relación con tu pasado. Pero tú, en lugar de ser sincero y decirme que habían cosas que aún no habías olvidado, preferiste mentirme, como siempre has hecho, y hacerme creer que solo eran fantasmas que estaban en mi cabeza, que ninguna de mis inseguridades eran ciertas, que tu ya no querías nada con ese pasado, que era asunto muerto y enterrado. Por qué hacer eso????  No era más sencillo decir que no estabas seguro de tus sentimientos, como hice yo al principio? No era mas leal decirme que había cosas que recordabas y extrañabas todavía? Seguro que me hubiera molestado, pero al menos me hubiera hecho consciente del terreno en que estaba caminando y así me hubiera preparado o al menos esperado lo que vino.

No me preparaste para nada, me mentiste, me conquistaste y me hiciste quererte, quererte mucho y luego de algún tiempo, me hiciste necesitarte. No fue divertido, porque yo nunca jugué, eso se evidenció con todo el dolor que ocasionaste con tus estupideces.

Yo fui legal contigo, yo NUNCA te cagué. Incluso cuando aún sentía cosas por alguien más, NO te lo oculté y lo hice para que supieras donde pisabas y no crearte falsas ideas donde yo aun ni siquiera estaba segura. Yo SÍ pensé en TI y me prometí a mi misma que nunca te iba a fallar y todo, porque pensé que realmente valías la pena, aun con todas tus cosas que debía de aprender a manejar.

Estoy molesta porque me decepcionaste, porque mataste la imagen que yo había creado de ti o mejor dicho, que tú habías creado para mi. Porque me dejaste con un montón de sentimientos que estaban naciendo y porque de un momento a otro, tenía que esconderlos en algún lugar lejos de mi para poder sobreponerme a lo que hiciste y poder hacer mi vida lejos de ti sin sentirme hasta el culo, como me sentí. Porque mientras a mi se me partía el alma en dos por tu inesperada partida, tú habías decidido continuar tu vida con alguien más y no sentías una pizca de pena por dejar atrás todo lo que vivimos juntos. Porque mientras yo me encontraba en caída libre, tu parecías florecer sin mi y todo eso solo me lastimó aún más.

Por ratos siento que te odio, por haberte portado como un patán y por haber olvidado tan rápido nuestros recuerdos, cuando yo aún tengo que lidiar cada día con ellos. Por ratos siento que me odio a mi, porque a pesar de tener suficientes razones para aborrecerte y no sentir más nada, aún siento, aún pienso, aún no acepto.

Escribo todo esto porque como en la película, es mejor escribir para que así el dolor salga un poco de ti y no se quede tan adentro. Nunca leerás ésta carta, pero necesitaba decir todo lo que aún sentía aquí, atravesado justo en la garganta y que me presiona el pecho casi dejándome sin aire, me gustaría decirte esto y tal vez algunas cosas más a la cara, pero sé que ni siquiera vale la pena el mal rato.

Por ahora, solo tengo por consuelo que el universo es justo y siempre equilibra y será él y no yo, quien se encargará de ti. Por ahora, solo me queda esperar a ver si algún día serás capaz de hacerte hombre y pedir las disculpas del caso. Por ahora, solo me queda sentarme a esperar poder olvidar.



P.D Está carta fue escrita el 18 de Marzo de 2014, mientras atravesaba un gran dolor de una segunda decepción que terminó por anularme emocionalmente. El regresó, yo recaí por un tiempo, pero luego comprendí que yo estaba muy lejos y arriba de él como ser humano y entonces me fui... A veces sigue regresando a intentar quien sabe qué, regresa aún estando con ella. Yo no volveré, mi corazón ya está muy lejos.

CARTAS SIN ENVIAR #1 (Carta de despedida)




Esta es una carta de despedida, lamentablemente nunca encontramos la forma de poder comunicarnos naturalmente, como corresponde, así que prefiero este medio donde puedo escribir de corrido sin ser interrumpida y sin esperar que digas algo.

Me quiero despedir de ti porque me hubiera gustado poder decirte mil cosas a la cara, pero nunca se me dio la oportunidad, porque sé que continuar sin decir nada solo es alargar algo que nunca empezó y que solo estuvo en mi mente y con ello, alargar esta pena que tengo atravesada en el pecho hace mucho tiempo y de la cual tú no eres consciente.

Quise cerrarme a lo evidente, a los hechos y a tus propias palabras. A veces la gente es así, no quería aceptar que esta vez no había ganado y pretendí llevarme el "premio" a como de lugar, y en el camino, no me importó mutilar lo poco que había, ni mutilarme a mi misma y de pronto olvidé los medios, las formas y el respeto por todo lo demás, para finalmente, terminar por perder el control y manejo sobre mi y sumergirme en un laberinto mental sin salida y empezar a querer conseguir a la mala, lo que por la buena no te nacía.

Ahora que lo pienso y miro hacia atrás, mi papel de víctima sufrida fue el peor de toda mi vida, sin duda, lo peor que he hecho, de pronto comencé a pensar que todo lo que hacías, lo hacías para lastimarme, que cada movimiento era calculado para herirme y que cada cosa que hacías o dejabas de hacer, era siempre buscando burlarte de mi y jugar conmigo. Sinceramente, todo eso que pasó por mi mente, verdad o no, debió ser suficiente para no volverte a ver nunca más, pero en lugar de eso, escogí victimizarme, sufrir, lamentarme, reclamar, exigir y terminar por apagar lo poquito que había.

Hace muchos años atrás oí algo que siempre me quedó grabado: "si te lastiman una vez, es culpa de aquel idiota, si te lastiman dos veces, es culpa tuya, por idiota". Durante este tiempo, recordé esa frase cada vez que me sentía herida, lo que era la mayor parte del tiempo para ser sincera. 

No se cómo todo dejó de ser divertido y pasó a ser estresante y decepcionante, creo que fue cuando te deje de ver como un "x" y empezaste a ser alguien especial y contradictoriamente, en lugar de eso hacer todo mejor, comenzó a torturarme todos los días. No es que no estaba bien quererte, lo que no estaba bien era que tu siempre estuvieras un paso atrás de esos sentimientos. Pues te habrás podido dar cuenta que soy mas profunda que superficial y que yo busco el alma, no el exterior, pero no pude encontrar la tuya. Te quise, no se cuando ni cómo ni por qué exactamente, solo un día me di cuenta que aunque no sabía cuáles eran los motivos para seguirte viendo, una parte de mi no quería tenerte lejos. Así pasó el tiempo y me acostumbré a tu presencia y a saber de ti siempre. 

Como te dije una vez, yo no sé si estoy enamorada de ti, pero lo que si sé es que te quiero, pero éste cariño que siento dejó de ser sano hace mucho tiempo, y se ha convertido en algo raro, con una mezcla de frustración, resentimiento, cólera y nada de respeto por ti. Y lo cierto, es que aunque me duele mucho la idea de no volverte a ver, es mejor que seguirte viendo y ver como cada día estas más lejos y más lejos y me voy quedando sola en algo que no sé que es.

Me hubiera gustado un "no quiero seguir saliendo contigo", antes que un silencio interminable cuando esperaba una respuesta de ti. Fue algo que no solo me decepcionó, sino que caló más adentro, pues eres conciente de lo que haces, y lo haces sabiendo lo que vas a causar. Supongo que es fácil lastimar a quien no quieres. En fin, no volverás a saber de mi. Lo prometo, al menos no por ahora. Me toca olvidarme de ti y así lo haré. No descarto un futuro a mediano plazo como amigos o conocidos cordiales, pero ahora no es el momento, hay heridas por cerrar y muchos errores por perdonar.

Hasta pronto.


P.D Esta carta fue escrita en Agosto de 2013, nunca llegó a su destinatario porque decidí dejar el drama y solo irme así, en silencio.